En su charla con Modo Newcom, “desafío” es la palabra que más pronuncia el cordobés Sergio Moya, técnico del equipo de Newcom Partisanos y tal vez se deba a que desde los 5 años, momento en el que le amputaron el brazo derecho, eso lo impulsó como una herramienta de supervivencia.
”La mayoría de la gente suele ver lo que falta, pero yo veo que tengo un brazo y es algo que me lleva a enfrentar desafíos”, asegura con el tono que tienen los que, a pesar de los obstáculos, ganan cada una de las cosas que se proponen.
Sergio repasa su historia y se detiene en el día en el que con 5 años jugaba con su hermano. Por accidente el tiro de una escopeta hizo que sufriera una terrible herida que provocó que le amputaran el brazo derecho. “A esa edad uno no toma conciencia del todo, pero rápidamente empecé a ir a un instituto de rehabilitación en Rosario, allí pasaba las vacaciones de verano y las de invierno”, dice.
El cordobés reconoce que la vida lo enfrentó a una encrucijada: una era hacer foco en la pérdida de su lado derecho y pensar cómo hubiera sido todo con su otro brazo y la otra lo impulsaba a valorar que tenía un brazo y a responder interrogantes ¿qué podés hacer, hasta donde podés llegar?
“Mi familia me dio todo lo que pudo, soportaron cosas muy valorables, como dejar a un nene pequeño en el instituto de rehabilitación, en tiempos que no había celulares, el transporte no era fácil y la única forma de comunicación era el correo, una carta llegaba a los 20 días”, afirma para destacar el apoyo de sus padres.
Sergio contó desde pequeño con muchas herramientas de las que se valió para superar obstáculos, pero no deja de decir que también tuvo que someterse a pruebas todo el tiempo para demostrar que podía acceder a un puesto profesional o a practicar deportes, entre otras cosas.
“Toda mi vida corrí, jugué al fútbol, en el colegio practiqué algo de vóley, tuve una vida deportiva amplia, pero después con las obligaciones del trabajo, de la familia, me fui alejando de lo que era competir en algo”, afirma.
El Newcom en su vida
Hace dos años un conocido invitó a Sergio a conocer “algo nuevo”, el Newcom, pero él recordó que ya lo había jugado de chico, en el colegio. “Fue algo muy lindo, uno no se imagina que va a estar en competencia, en ritmo, que va a conocer gente. Fue inesperado, hermoso, además mi condición me lleva a que haya gente que me admira, quiere fotos, algo que no imaginé nunca”, agrega.
Tanto le gustó el Newcom que hasta se instruyó como técnico y armó el equipo Partisanos con la consigna de pasarla bien.
Este es otro de los desafíos personales que lleva al deportista a responderse qué quiere y puede conseguir por sus propios medios, sin depender de que otras personas le digan qué puede o no hacer.
“Más de una vez llevé la pelota al lado de la cama y pensaba cómo resolver la recepción de una pelota, me imaginaba una forma de colocarme, entonces me levantaba, la tiraba contra la pared y veía si la jugada era viable”, repasa. Eso responde a la filosofía de Sergio, si algo no se consigue de una manera hay que buscar otra y si no, hay que ver la puerta que esté abierta para entrar.
El esfuerzo está presente cada día, se entrena con periodicidad, practica yoga, camina de 11 a 12 kilómetros unas dos veces por semana y va al gimnasio para mejorar la movilidad y la fuerza muscular. “Me gusta verme bien y cuando llega la hora del Newcom provecho la resistencia, elongación y fuerza”, sostiene.
Al juego por lo general entra de 1, en la posición de saque, porque cuando se inició en el Newcom el reglamento no le permitía jugar como atacante con una mano. Se define como muy ducho a la hora de desempeñarse como zaguero y al llegar a la posición 4, un compañero lo reemplaza.
En su experiencia como jugador recuerda un torneo en la que un equipo tenía un atacante que marcaba los tantos muy pegados a la red. Sergio se pasó a la posición 3 con el objetivo de impedir que la pelota tocara la cancha y logró frustrar todos los intentos del rival.
”En mi caso el decir me falta me limita y el decir tengo, abre puertas; siempre fui de soñar mucho y perseguir sueños, a veces se consiguen. Mi vida fue siempre de demostración, de pasar noches enteras en buscar la solución y estoy orgulloso de lo que he conseguido, todo lo hice porque quería disfrutar, ser alguien más y no una carga, estoy feliz de la vida y vamos por más”, concluye el deportista.